jueves, 9 de julio de 2009
Análisis de Película
Sinopsis: Es el año 2047. Años atrás la astronave de vanguardia Event Horizon, desapareció en su vuelo inaugural de prueba sin dejar rastro alguno. Ahora, reaparece en órbita del planeta Neptuno y una nave de rescate del Comando Espacial de Estados Unidos es enviada para averiguar los motivos tanto de su desaparición como de su misteriosa reaparición.Crítica: Castigada por gran parte de la crítica (tanto la especializada en el género como de la otra) y pasando casi desapercibida en su proyección en salas, EVENT HORIZON posee los elementos clave que hacen que una película de este tipo se convierta con el correr del tiempo en film de culto.Su director, Paul Anderson, solo tenía como antecedente destacable la conversión de un videojuego al cine, MORTAL KOMBAT, que corrió con algo más de suerte en público y crítica que el film aquí comentado.LA NAVE DE LA MUERTE (subtítulo con el que se conoció al menos en Uruguay y Argentina) es en realidad un film de terror pero cuya trama se desarrolla en los ambientes típicos de la ciencia ficción moderna; estaciones espaciales, astronaves gigantescas como la del título, misiones de rescate en espacio profundo, etc. Precisamente, el comienzo del film nos presenta a sus protagonistas, la tripulación de una nave de rescate al mando del capitán Miller (Laurence Fishburne) con una tripulación de especialistas en todos lo campos que van de la medicina a la ingeniería. A ellos se les suma la presencia como pasajero del diseñador de la Event Horizon, el perturbado Dr. Weir (Sam Neill). Al llegar a destino, descubren que la ominosa nave está completamente abandonada, sin rastros de su tripulación original salvo por unos pocos restos humanos y una grabación que genera más incógnitas que respuestas. El guión apuesta inicialmente a llevar al engaño al espectador haciéndolo prepararse para ver el enésimo monstruo espacial comegente. Pero la trama cambia radicalmente promediando sus cuarenta minutos. El “monstruo” no está dentro de la nave, sino que cada centímetro cúbico de ella lo es. Esto comienza a quedar claro a partir del momento en que el film se decanta por un horror más cercano al de las casas embrujadas como LA CAIDA DE LA CASA USHER que al de, por ejemplo, ALIEN; paredes que sangran, voces misteriosas, apariciones fantasmales y un largo etcétera de fenómenos sobrenaturales que inducen a los miembros de la tripulación rescatista a sospechar en que lugar de nuestro universo (¿o de otro?) estuvo esa nave durante su enigmática ausencia. La atmósfera general de la película es bastante lúgubre, oscura. El diseño gótico de la nave protagonista es el factor más determinante para ello dando constantemente la sensación de que toda esa avanzada tecnología que la compone es hostil a la mano humana que la creó. En cuanto a sus efectos especiales, decir que son mucho más que aceptables para un film de mediano presupuesto tendiente a la serie B. No estamos frente a la mejor producción de terror y/o ciencia ficción de lo años 90, pero resulta una muy agradable vuelta de tuerca a un subgénero como el del terror espacial cuyas realizaciones han llevado generalmente a la decepción a sus espectadores
Analisis De Pelicula.
Analisis con relación a la forma en la que las naves se mantienen en la atmósfera de Neptuno. Hoy le toca al motor gravítico de la nave Event Horizon. En la peli, Sam Neil explica que mediante campos magnéticos se crea una singularidad que permite plegar el espacio-tiempo, de forma que dos puntos del espacio muy alejados entre sí, se junten temporalmente y la nave se desplace instantáneamente de un sitio a otro. Para explicarlo coge un poster, le hace dos agujeros, y lo dobla, haciendo coincidir los agujeros. El personaje explica también que el inmenso campo gravitatorio de la singularidad (un agujero negro, para entendernos), es contenido mediante campos magnéticos.
Bien, el retorcer el espacio-tiempo es un tema recurrente en la ciencia ficción para explicar viajes a velocidades superiores a la de la luz, pero sin superarla en realidad, y por tanto sin violar la Relatividad Especial. Y no sólo en la ficción, ya que este concepto aparece en los agujeros de gusano o el motor de Alcubierre. Sin embargo, la forma en la que se crea la singularidad y se contiene el campo gravitatorio, no es posible. La gravedad y el electromagnetismo no están ligados de esa manera. No se puede generar o anular un campo gravitatorio a partir de un campo electromagnético.
Es cierto que existe la llamada Teoría del Todo, que intenta unificar las cuatro fuerzas fundamentales (interacciones, más bien), entre las que se encuentran la gravedad y el electromagnetismo, y que el propio Einstein intentó unificar ambos. Es un camino lleno de dificultades, ya que la gravedad y el electromagnetismo son interacciones de naturaleza muy diferente. El electromagnetismo gira en torno al fotón, una partícula subatómica sin carga ni masa que se desplaza a la velocdad de la luz, y que actúa como portador de la interacción. Es decir, cuando dos objetos con carga eléctrica se atraen o se repelen, lo hacen porque se intercambian fotones entre ellos. La gravedad sin embargo es una deformación del espacio-tiempo, producida por el mero hecho de que un objeto tenga masa. Según la Relatividad General, ni siquiera sería realmente una fuerza (algo que expliqué hace algún tiempo). Para poder unificar ambas fuerzas, es necesario primero reformular la gravedad tal y como la entendemos en la actualidad, en una teoría de gravedad cuántica, en la que la interacción gravitatoria sea transportada por una partícula subatómica llamada gravitón (al igual que el fotón en el electromagnetismo). Y no basta con que a alguien se le ocurra una teoría estupenda. Hay que verificarla, y para ello debería predecir cosas de forma diferente a la Relatividad General, de forma que se pueda hacer un experimento y ver a qué teoría se ajusta el resultado observado. Y de momento no se ha conseguido con éxito.
En cualquier caso, aunque los científicos consiguan unificar ambas interacciones, eso no cambiaría la realidad que observamos. Y esa realidad nos dice que un campo electromagnético no genera ni anula un campo gravitatorio. La unificación de ambas interacciones se produciría en condiciones extremas, y no es el caso de la Event Horizon, donde se puede pasear a pocos metros del motor gravitatorio, e incluso tocarlo. ¿Y los imanes que levantan toneladas de peso? ¿Y los trenes que levitan mediante electromagnetismo? Bueno, en estos casos hay que tener muy claro que el campo magnético no interactua con el gravitatorio de ninguna manera. Simplemente genera una fuerza igual y opuesta al peso del objeto en cuestión. Pero no anula la gravedad, al igual que no lo hace el suelo que pisamos y evita que nos hundamos hacia el centro de la Tierra.
Fuente: http://www.malaciencia.info/2006/07/horizonte-final-gravedad-y.html
Alfonso Milla